√ El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León recomienda consultar cuanto antes con el especialista si se presentan síntomas como enrojecimiento de los ojos, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo excesivo o sensibilidad a la luz
√ Los alérgicos al polen se enfrentan a una primavera moderada en Castilla y León, aunque el uso obligatorio de mascarillas está reduciendo los síntomas de forma positiva, según explica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
A pesar de que Castilla y León registra una incidencia moderada en concentración de pólenes esta primavera, con valores entre 3.000 y 4.000 granos/m³, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), también es cierto que “el uso generalizado de la mascarilla está disminuyendo los síntomas de las enfermedades alérgicas”, a las que se enfrenta hasta el 25% de la población.
En un año de nuevo diferente por la crisis sanitaria causada por la covid-19 a nivel mundial, no se debe relegar, en ningún caso, el cuidado de nuestra salud diaria. Por ello, tal y como recuerda el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), es muy importante acudir a un especialista ante los primeros síntomas que indiquen que nuestros ojos no están bien. Ahora más que nunca, para no confundir señales similares a otros problemas visuales, como el ojo seco, que ha aumentado durante la pandemia y que, al igual que las alergias, puede producir enrojecimiento o sensación de cuerpo extraño, tal y como explica la decana de COOCYL, Inmaculada Aparicio.
Como recuerda, por su parte, la secretaria general de la institución colegial, Ana Belén Cisneros, además de molestias respiratorias, como la congestión nasal, los estornudos, la tos y el picor en la nariz y la garganta, la alergia estacional también presenta síntomas oculares evidentes, como picor y enrojecimiento de la parte blanca del ojo, debido a la irritación y ensanchamiento de los diminutos vasos capilares de la conjuntiva. También puede existir sensación de arenilla o hinchazón de los párpados; lagrimeo, ya que las glándulas de la conjuntiva reaccionan produciendo más lágrimas de lo normal; y fotofobia ligera o sensibilidad a la luz. En ocasiones, sobre todo al despertar, los párpados se cierran debido a las secreciones en forma de legañas.
Son señales de que podemos estar ante una conjuntivitis alérgica, con alta prevalencia en estos meses primaverales, en los que más de siete millones de españoles sufren especialmente las consecuencias de su alergia a las gramíneas. Se trata de una afectación de la parte externa del ojo (normalmente afecta a la conjuntiva y, en algunos casos, también a la córnea) que se produce por la reacción ante el alérgeno, aunque el sistema inmunitario también puede reaccionar ante los ácaros del polvo, la caspa de los animales domésticos o algunos productos de belleza. «Para protegerse de esa amenaza, el organismo produce anticuerpos contra el alérgeno que hacen que se liberen ciertas sustancias químicas, entre ellas, las histaminas, que son las que desencadenan los síntomas característicos de la alergia», tal y como explica la representante de COOCYL.
Ante esta situación, los ópticos-optometristas de Castilla y León, como profesionales sanitarios primarios de la salud visual, ofrecen las mejores alternativas para aliviar estas molestias. Para ello, los profesionales de COOCYL recomiendan la limpieza del ojo con lágrimas artificiales sin conservantes y preferiblemente frías (se pueden guardar en la nevera antes de usar). Estas lágrimas refrescan, lubrican y ayudan a eliminar alérgenos y se pueden usar «a demanda», sin ninguna restricción. El suero fisiológico o los baños oculares también son muy útiles para arrastrar y limpiar los alérgenos del ojo si se hace un lavado a chorro.
Además, se aconseja cerrar las ventanas de la casa, sobre todo a primera hora de la mañana y de la tarde, cuando suele haber una mayor concentración de polen.
Del mismo modo, es fundamental usar gafas de sol en exteriores que protejan frente a la entrada de polen en los ojos, así como evitar salir los días de viento y tomar precauciones con las fases diarias de polinización.
Especial cuidado deben tener en esta época los usuarios de lentes de contacto, aunque en la actualidad no hay que renunciar a ellas por completo ante una situación de alergia primaveral, ya que los ópticos-optometristas pueden ofrecer alternativas y adaptar las lentillas en función de las necesidades visuales y el estilo de vida de cada usuario.
Por ejemplo, “se puede optar por utilizarlas solo por la tarde, cuando descienden los niveles de polen en la atmósfera, e incluso usar lentes desechables diarias para garantizar la comodidad», explica la secretaria general de COOCYL.
Por último, desde el Colegio se insiste en la importancia de la higiene a todos los niveles, teniendo en cuenta, entre otras pautas, la conveniencia de ducharse y cambiarse de ropa al regresar a casa, pues el polen se puede depositar en el pelo y las prendas; lavarse las manos a menudo y no frotarse los ojos, evitando en la medida de lo posible exponerse a ambientes con polvo, a animales domésticos o a agentes irritantes que agraven los síntomas (humo, cloro de las piscinas, etc.).