CONSEJOS EN VERANO

Los ópticos-optometristas de Castilla y León recuerdan a los usuarios de lentes de contacto que extremen la higiene en verano

 

Para prevenir irritaciones al nadar y bucear, es imprescindible utilizar gafas de natación encima de las lentillas y evitar así el contacto de los ojos con el agua

 

Comunicación COOCYL, 27 de julio de 2016. ­La utilización de lentes de contacto durante el verano proporciona ventajas desde el punto de vista de la calidad de la visión, la comodidad e, incluso, la seguridad a la hora de practicar la mayoría de deportes. Sin embargo, los usuarios de lentillas deben adoptar algunas precauciones en esta época, ya que son uno de los colectivos con más riesgo de padecer algún tipo de infección ocular en las piscinas.

Por ello, desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León (COOCYL) se recuerda que deben extremar la higiene para reducir la posibilidad de contagio de agentes infecciosos, lavándose y secándose bien las manos antes de tocar las lentes de contacto y los ojos en ambientes como las zonas de baño.

“Bañarse en el mar o en la piscina sin gafas de natación puede ocasionar sensación de picor, escozor y ojo rojo, pero si, además, lo hacemos con lentillas, facilitamos una puerta de entrada de bacterias hacia la córnea, cuyas consecuencias pueden ser muy graves para el ojo”, apunta Ana Belén Cisneros, secretaria general del COOCYL.

Asimismo, explica que en verano “también es interesante usar lágrimas artificiales con agentes humectantes para hidratar los ojos, ya que el calor y el uso de aires acondicionados aumentan la sequedad”.De igual forma, la representante de la institución colegial aconseja limpiar las lentes de contacto con el líquido recomendado por el óptico-optometrista todos los días al retirarlas de los ojos, y subraya que es necesario tener cuidado con las altas temperaturas del verano, “porque los líquidos pueden estropearse”.

Diez consejos para el cuidado de las lentes de contacto

1.- Para prevenir irritaciones oculares, lo mejor es utilizar gafas de natación encima de las lentes de contacto para nadar y bucear y evitar así el contacto de los ojos en el agua.
2.- Después de bañarte o de practicar deportes acuáticos es recomendable ducharse para eliminar de las pestañas los restos de cloro o gérmenes del agua que al solidificarse pueden penetrar, a través de la lagrima, en el ojo. Además, es aconsejable enjuagar, aclarar y limpiar las lentes con la solución recomendada; de este modo, quedan libres de los gérmenes que hayan podido alcanzar el ojo a través de alguna salpicadura de agua.
3.-No es recomendable la extracción de la lente de contacto inmediatamente después de salir del agua. Lo mejor es esperar un tiempo para que la lente vuelva a hidratarse correctamente con la lágrima, de modo que recupere su movilidad en el ojo.
4.- Respeta las pautas de reemplazo de las lentes establecidas por tu óptico-optometrista o, lo que es lo mismo, no prolongues el uso de las lentillas desechables más allá del tiempo recomendable.
5.-Espera media hora por las mañanas para que tus ojos respiren antes de ponerte las lentes de contacto. Al final del día, quítate las lentillas al menos media hora antes de irte a dormir.
6.- Dado que en verano sudamos más, debemos procurar que las gotas de sudor no entren en los ojos, ya que pueden contener bacterias. Además, resulta recomendable beber mucha agua para evitar la deshidratación derivada del calor.
7.- El aire frío y seco del aire acondicionado puede provocar incomodidad con las lentes de contacto. Consulta a tu óptico-optometrista acerca del uso de lágrimas artificiales con agentes humectantes.
8.- Si tienes los ojos hinchados, llorosos o rojos deja de usar temporalmente las lentes de contacto hasta que vuelvan a la normalidad.
9.- Utiliza únicamente las soluciones prescritas por tu óptico-optometrista para la limpieza y la desinfección, ya que el agua, sea del grifo o embotellada, contiene microorganismos que pueden resultar perjudiciales.
10.-Gafas de sol, el complemento imprescindible. Las lentes de contacto suelen ofrecer protección frente a las radiaciones ultravioletas del sol, pero sólo cubren un área reducida de la córnea, por lo que resulta imprescindible utilizar gafas de sol que abarquen toda la zona ocular anterior. Además, las gafas de sol amparan los ojos de los agentes alérgenos que flotan en el ambiente y del efecto secante del calor y del viento.