Protocolo PIO

A continuación presentamos el protocolo de actuación para que sirva como referencia a la hora de derivar a un paciente con hipertensión ocular en su medida de la PIO. Creemos que esto es un inicio y que pone en evidencia la buena colaboración y disposición de todas las partes involucradas en el acuerdo, siempre buscando la mejor calidad asistencial y visual de los ciudadanos.

El glaucoma constituye la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, estimándose que en nuestro país afecta a más de un millón de personas. A pesar de su gravedad, inicialmente no causa síntomas, produciéndose pérdida visual de manera imperceptible y progresiva, de manera que cuando se detecta ya suelen haberse producido alteraciones severas del nervio óptico. Así, tradicionalmente, se considera que la mitad de la población afectada por esta patología lo desconoce.

Por este motivo es esencial la detección precoz que permita iniciar el tratamiento en las fases iniciales de la enfermedad. Dado que su incidencia se incrementa con la edad, es fundamental concienciar a la población mayor de 45 años de la importancia de realizarse una revisión ocular periódica. El óptico-optometrista, como profesional de la salud visual conocedor de las anomalías del funcionamiento visual, es un eslabón relevante en esta tarea de detección precoz del glaucoma.

Asimismo, es necesario establecer y aplicar unos criterios comunes, basados en la mejor y más reciente evidencia científica, relativos a la medida de la presión intraocular y la actuación posterior en función de los resultados de dicha medida.

Surgen así las recomendaciones y pautas de actuación de este documento, que han sido elaboradas en colaboración con la delegación de Valladolid del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, y cuyo objetivo principal es disminuir la variabilidad de las actuaciones relacionadas con la detección precoz de esta patología, para mayor beneficio de nuestra población.